En esta oportunidad nos regala un manicomio fashionista.
En un maníaco desfile de ostentosos trajes de baño, capelinas blancas y maxi gafas, su guitarra rompe el silencio.
Las enfermeras reparten la píldora de la moda, y las pacientes juegan a ser cuerpos inertes e indiferentes ante su canción.
Mientras siluetas sinuosas adornan la locura de un parque verde, una desenfrenada protagonista se deshace a saltos en una habitación.